Desde luego es verdad que se come con la vista. Cuando un plato en fotografía lo ves bonito ya te apetece hacerlo y comerlo. Es un arte saber presentar un plato y sobretodo no tenemos que descuidarlo ya que de ello depende el éxito de nuestra comida.
En este caso es un postre y suelen ser más vistosos y si encima eres goloso ni te cuento.